domingo, 2 de febrero de 2014

Templo cristiano y astrología (V)



Los 4 evangelistas en la catedral


Ciertamente, no acaban aquí las correspondencias astrológicas presentes en el templo cristiano. Los 4 elementos clásicos -fuego, aire, agua y tierra- también pueden ponerse en relación con los 4 evangelistas a través de su representación artística como los 'cuatro vivientes' de la visión de Ezequiel en que aparecen bajo la forma de cuatro animales fantásticos, alados y con rostro humano. Ésta es la representación más tradicional de los evangelistas en el arte medieval, tanto románico como gótico: el Tetramorfos

Bien conocida es la correspondencia entre estos cuatro seres fabulosos y los 4 evangelistas: 
  • Mateo es el ángel, 
  • Marcos el león, 
  • Lucas el buey o toro, y 
  • Juan el águila.


Pantocrátor del tímpano central del Portal Real, en Notre-Dame de Chartres. 
Nótese cómo los 4 evangelistas rodean a Cristo en Majestad representados como los 'cuatro vivientes' de la visión de Ezequiel, el Tetramorfos.





Continuando con el simbolismo arquitectónico del templo cristiano, cada una de las cuatro columnas que circunscriben el crucero de la catedral y sostienen la bóveda central representaría a uno de los cuatro evangelistas. De hecho era frecuente representar a los evangelistas en las cuatro pechinas que sirven de transición entre las columnas y la bóveda. De este modo se identifican las 4 columnatas del crucero con los 4 evangelistas, que son los pilares que sostienen la Fe cristiana. Y la bóveda, o más concretamente la piedra que le sirve de clave, se identifica con el propio Jesucristo que es cima de la Iglesia y mantiene unido por su virtud todo el edificio de la Cristiandad. 


Las correspondencias quedarían entonces del siguiente modo: 



Animal del Tetramorfos
Elemento
Signo del zodiaco
Virtud cardinal

San Marcos

León alado 
Fuego

Leo

Fortaleza

San Mateo

Ángel o Hombre
Aire

Acuario

Templanza

San Juan

Águila
Agua

Escorpio

¿Justicia?

San Lucas

Toro o buey alado
Tierra

Tauro

Prudencia


Además los 4 seres fabulosos que designan a los evangelistas a veces son puestos en relación con la máxima hermética, atribuida a Zoroastro: 


'Scire, potere, audere, tacere' [1]

('Saber, poder, osar, callar')


No hay un acuerdo completo sobre qué animal corresponde a cada cualidad si bien parece lo más lógico que el león esté asociado al valor y la osadía. El buey -animal sacrificial- podría remitir a la prudencia y por tanto al silencio (callar), pero también podría hacer referencia a la potencia y la fuerza. El águila pudiera estar relacionada con la sabiduría -entendida como gnosis- en tanto que su simbolismo de ave solar que vuela por encima de todos los demás seres parece emparentarle con la Intuición espiritual, pues el Intelecto puro es al sol como la razón es a la luna. El ángel resulta el más difícil de situar respecto a la máxima, ¿quizá el poder, la capacidad, el deseo?... Una vez más se ha conservado el símbolo pero se ha olvidado su sentido último. 



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El cuadro de correspondencias merece algunas otras aclaraciones, siempre partiendo de la salvedad de que no todos sus significados e implicaciones nos son actualmente conocidos

  • En primer lugar debe repararse en que los signos zodiacales que se asocian con los 4 evangelistas no corresponden a los 4 signos Cardinales -Aries, Cáncer, Libra y Capricornio- mediante los cuales se orientaba la catedral, como ya vimos, sino a los 4 signos Fijos -Leo, Escorpio, Acuario y Tauro-. La razón de esto no es fácil de comprender, pero bien pudiera relacionarse con que estos 4 signos se refieren a otro 'momento' de la manifestación que no es el mismo que designan los 4 signos cardinales. Bien pudiera ser así, en todo caso, este hecho permanece sin encontrar una explicación definitiva, aunque sin duda se trata de un simbolismo presente en el significado cualitativo de los signos mismos. 



Los 4 Signos Fijos marcados en el zodiaco que circunscribe la catedral. 
Si los 4 signos Cardinales coincidían con las puertas de la catedral, estos 4 signos Fijos coinciden con los ángulos del crucero. 




Estos 4 signos fijos se han asociado en ocasiones con las 4 Estrellas Regias, pues cada una de ellas se encuentra en una de estas constelaciones:



    • Régulo: (A-Leonis) es la estrella más brillante de la constelación de Leo.
    • Antares: (A-Scorpii) es la estrella más brillante de la constelación de Escorpio. 
    • Aldebarán: (A-Tauri) es la estrella más brillante de la constelación de Tauro. 
    • Por último se añade a esta lista la estrella Fomalhaut (A-Piscicum) que es la estrella más brillante de la constelación de Piscis, pero Piscis es un signo de Agua y la estrella que falta debiera ser en rigor del signo de Aire, marcado por la constelación Acuario. Esta irregularidad tampoco tiene explicación. 



Sin tratar de explicar definitivamente todas estos complejos simbolismos, que en buena medida son residuos que han quedado de lo que antaño fue un conocimiento completo y con sentido -comparables de algún modo a los restos de un naufragio-, sí queremos insistir que cuando aquí se habla de correspondencias astrológicas, las mismas no suponen en absoluto una relación causal ni implican influencia alguna de los astros sobre el mundo -como suele entenderse vulgarmente por parte de la astrología moderna- sino que señalan exclusivamente analogías, es decir el cielo -como por otra parte toda la naturaleza- muestra un orden superior que es en sí análogo al que deseamos conocer. Nunca se insistirá lo bastante en esto: 

el orden celeste es ante todo un modelo de representación que permite conocer las leyes y ritmos cósmicos, que de otro modo pasarían desapercibidos al hombre, ni estrellas ni planetas son entendidos como causas de ningún fenómeno sobre este mundo. La antigua ciencia astrológica, una ciencia sagrada que apenas nada tiene que ver con la moderna astrología que es su degeneración, se ha perdido completamente, y estamos lejos de poder reconstruirla a partir de los restos que nos han quedado, de modo que quizá nunca lleguemos a comprender realmente la razón de ser de todas estas complejas correspondencias. 



Las representaciones de Acuario y Escorpio
 en el Tetramorfos



Otras dos aclaraciones son asimismo pertinentes. 


  • Por una parte el signo de Acuario y su relación con el elemento aire. Es posible que la figura alada en origen no representara ni a un ángel ni a un hombre alado sino que fuera más bien una representación del alma humana. El alma del hombre es de cualidad volátil e inconstante, habita el mundo intermedio, entre el mundo de los sentidos y el mudo de las Ideas. Debido a su capacidad para moverse y mediar entre dos mundos es asociada al vuelo y si sumamos a esta cualidad volátil su carácter voluble e inquieto, siempre en constante cambio y fluctuación, es fácil entender que haya sido representada desde la antigüedad por los pájaros. Más concretamente, tanto el alma humana como el mundo intermedio son divididos en dos partes, una mitad superior -las 'aguas superiores'- y una mitad inferior -o 'aguas inferiores'-. En las representaciones iconográficas románicas es frecuente señalar el límite entre una y la otra mediante la imagen del 'mar de nubes'. Así las 'aguas inferiores' quedan asociadas al elemento agua y a la esfera lunar, haciendo referencia al alma inferior y pasional, ámbito donde todo es confuso y engañoso, el mundo de los sueños por ejemplo. Las aguas superiores debido a su mayor claridad y transparencia -que implica ya una cierta comunicación efectiva con las Verdades superiores- se asocian al elemento aire y la atmósfera, con aquello que queda más allá de ese 'mar de nubes' que decíamos antes, allí donde el brillo del Intelecto puro ya no es ocultado por los nubarrones de las pasiones. El 'mar de nubes' se representa mediante varias lineas paralelas sinuosas, es decir, el símbolo gráfico de Acuario, precisamente. Este detalle no deja lugar a dudas: es a la mitad superior del mundo intermedio al que se refiere el signo de Acuario, mientras el signo de Escorpio se refiere a su mitad inferior, engañosa, peligrosa y destructiva. Aún podrían multiplicarse las relaciones pero señalaremos simplemente, para acabar, la exacta equivalencia entre la representación alegórica del signo de Acuario -cuyo correlato mítico es Ganímedes, el escanciador de los dioses- y el Arcano XIV del Tarot, 'La Templanza'.  



El 'mar de nubes' suele señalar en el arte medieval la 'frontera' entre las 'aguas superiores' y las 'aguas inferiores'. La línea sinuosa que lo simboliza es el grafismo del signo de Acuario. 

La ilustración muestra el 'mar de nubes' del tímpano central del Portal Real de Notre-Dame de Chartres (ver ilustración anterior). 





  • Por último, el aparente sinsentido de la representación de Escorpio bajo la forma de un águila y que tal signo se encuentre en correspondencia con el elemento agua. A primera vista, en efecto, parece no guardar relación. El águila es un conocido símbolo solar y a menudo es representada matando la serpiente (clásico símbolo ctónico) o sosteniéndola en sus garras. La serpiente es asociada a lo frío y acuoso (al astro lunar y al elemento agua), aunque posee dentro de sí el poder ígneo -el veneno- con el que puede curar -purificar- o matar, al igual que el escorpión. El águila aquí, por tanto, no es una figuración del consabido monstruo ctónico sino precisamente de la victoria sobre el mismo. Y es de destacar que en gran número de representaciones del evangelista Juan, aparezca portando en su mano el Santo Cáliz y de éste asome, precisamente, la cabeza de una serpiente. Aparte de la relación obvia con el símbolo pagano de Esculapio, la medicina, y la farmacia, la imagen del cáliz que contiene la serpiente transmite el mensaje de que es por medio del cáliz, o sea de su sacrificio, que Cristo vence a los poderes ctónicos y destructivos.    



San Juan sosteniendo el Santo Cáliz, del cual asoma una criatura con aspecto de dragón.
El dragón es una de las formas típicas con que se representa el monstruo 
del signo de Escorpio.


Aún podría haber lugar a más interpretaciones. Si se repara en que fue convertido en águila como Zeus/Júpiter raptó a Ganímedes y que este personaje es el que aparece en el signo de Acuario, cabría pensar en Ganímedes, si no como una personificación de la serpiente o monstruo ctónico de Escorpio, sí al menos como su guardián o custodio, como un personaje que tiene dominio sobre las aguas caudalosas y diluviales que guarda en su ánfora. Tal idea no es tan descabellada como parece. 

El aguador de Acuario es representado con un ánfora del que vierte líquido -normalmente interpretado como agua-, ya hemos dicho que su grafismo señala la frontera entre las aguas superiores y las aguas inferiores, por tanto de algún modo el personaje que custodia este límite tiene también en su poder la llave de las aguas del cielo. Por tanto en el ánfora se custodian las 'aguas inferiores'. El hipotético volcado del ánfora y el vertido de su contenido manifestación abajo no sería otra cosa que un diluvio: la manifestación quedaría anegada por las incontroladas 'aguas inferiores'. Es posible incluso que debido a cierta inversión simbólica las 'aguas inferiores' -caóticas y destructivas- hayan quedado simbolizadas por el principio superior que las ordena mientras las 'superiores' hayan sido simbolizadas por el signo inferior del vertido de las aguas. 

Dado que Acuario se representa unas veces como vertiendo su contenido[2] y otras cambiándolo de recipiente [3] ambas imágenes no serían más que las lecturas positiva y negativa del mismo símbolo: el control o descontrol del alma superior -aérea- sobre el alma inferior -acuática-. Mientras hay control sobre la parte inferior y apetitiva del alma hay equilibrio[4], pero cuando el alma superior pierde el control sobre su parte inferior sucede la la salida incontrolada de las 'aguas inferiores' y el consiguiente caos diluvial. 

Aun sin perder nunca de vista el sentido simbólico y alegórico de todo ello, estas imágenes se prestarían a muchas más consideraciones. 





Signo astrológico de Leo en el zodiaco del Portal Real (fachada occidental) 
de la catedral de Chartres. 

La figura no representa un león como es costumbre sino que hace referencia al mítico combate de Hércules con el león de Nemea. Por tanto nos encontramos ante una doble referencia pre-cristiana: el signo zodiacal por una parte y el mito griego por otra. 

Repárese además en la asombrosa semejanza que guarda esta figura con el Arcano XI del Tarot de Marsella titulado 'La Fuerza', ambas imágenes son básicamente idénticas.






Signo de Sagitario en el zodiaco del Portal Real de la catedral de Chartres. 
La figura representa al Centauro Quirón, educador de Aquiles y Hércules. 




[1] Fulcanelli, 'El misterio de las catedrales'. 
[2] Arcano XVII, 'La Estrella'.
[3] Arcano XIIII, 'La Templanza'.
[4] Mantenimiento del equilibrio en el alma del hombre perfectamente simbolizado en la virtud de la Templanza. 



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